Encofrado de Columnas de Pórtico: Hoy en día se ha visto la forma de encofrar pilares «suelos», es decir, en que al calcular que las vigas que descansan sobre ellos van sencillamente apoyadas, se hormigonan por separado: pilares primero, vigas después. Se encofra, pues, la columna, se vierte el concreto en una o en varias etapas y transcurrido cierto tiempo (el que rige en el ritmo indicado a la obra para la buena ejecución del proyecto) se encofra la viga y se hormigona ésta.
Empero un pórtico es la pieza de obra de hormigón en que pilar y viga van juntos entre sí «rígidamente», sin solución de continuidad y donde los esfuerzos a soportar son muy diferentes a los que ya se conoce, rigen para las vigas simplemente apoyadas.
En los casos de pilares y vigas, aquéllos trabajan principalmente a compresión, por las cargas transmitidas hasta ellos por las vigas, No obstante, en los pórticos o estructuras aporticadas, las columnas, además llamados jambas, están sometidos a esfuerzos de flexión, en las bases de columnas aparecen esfuerzos horizontales, etc.
Todo lo anteriormente comentado trae como consecuencia lógica el que la parte transversal del pilar o jamba, no sea la misma en toda la altura del mismo. y mientras 3 de sus caras en una misma jamba son verticales, la cuarta, que es la inferior al pórtico, frecuenta estar inclinada hacia adentro, de manera que en la parte superior tiene más parte que en el pie.
Encofrado de Columnas de Pórtico
La diferencia estriba en que 2 tableros poseen una forma de trapecio. en lugar de ser rectangulares, como sucedía en otros casos. Esto se consigue aserrando tablas en el sentido transversal, o de su más grande longitud, con oblicuidad para ir triunfando la anchura elemental.
Ambos tableros trapeciales no llevan barrotes y las tablas tienen que clavarse a las altarjías, de la misma forma que se muestra en la figura 1, que sirve para el imbricado subsiguiente.
El tablero vertical exterior, de manera rectangular, como la de un pilar usual, no da problemas.
Las dos tablas laterales exteriores llevan un embarrotado bastante ligero, el suficiente para atender estrictamente a su rigidez, ya que la misión resistente no va confiada a ellos, sino a los marcos o bridas.
El tabla interior, inclinado, es también de sección rectangular, como el de una columna normal, pero en este son mayores a aquéllos, ya que tienen esta forma tan especial y al hormigonar, el concreto trabaja sobre esa pieza considerablemente. Las distancias que existen entre los barrotes suelen ser pequeñas, ya que es conveniente colocarlos a distancias no superiores a los 50 cm.
En otras oportunidades, para aumentar la resistencia de estos tableros se colocan una tabla, llamada por tanto «tabla de soporte», clavada a un extremo del tablero, para darle mayor consistencia.
Estas tablas «de aguantes» acostumbran ser tablas sencillas, de las mismas que sirven para encofrar, y van de la misma forma que se sugiere en la figura 2. Se clavan a los tableros laterales una vez que éstos no fueron cortados para darles la manera trapecial elemental al pilar del pórtico o jamba. Como el tanteador interior tiene de gruesos, de tabla (uno es el suyo, otro el del embarrotado consiguiente), la tabla de aguante debería clavarse a una distancia de aquellos 2 gruesos de tablas desde la línea de hormigón, o sea, a 5 centímetros de la cara del pilar, si es que el grueso de tabla es de 2,5 centímetros.
Para reforzar dichos encofrados, frecuenta además usarse del atirantado, del cual ya hemos dicho en la situación de los pilares y que aquí con las mismas propiedades.
El arriostrado de las jambas e un pórtico se efectúa por medio de las tornapuntas, de la misma forma que ya se vio previamente.
Encofrado de Vigas
Las vigas son las partes horizontales que descansan sobre los pilare, o bien sobre muros e mampostería, fábrica de ladrillo, etcétera. Su encofrado radica, en general, en 2 tableros laterales y uno de fondo.
Para su mejor análisis, las dividiremos en:
- Vigas ligeras, medias y gruesas, de la misma forma que hacíamos para el análisis de los pilares.
- Conforme el sitio que ocupan en el grupo de la construcción: en vigas de fachada, interiores y exteriores.
Para cada una de estas vigas rigen ciertas reglas en general, que tenemos la posibilidad de conceptualizar de esta forma, generalmente:
Los tableros laterales poseen la anchura de la elevación de la viga aumentada en un grueso de tabla, debido a que el tanteador de fondo, va continuamente entre los laterales.
- Los tableros de fondo acostumbran ser bastante ligeros, debido a que la resistencia del mismo se confía a los apeos.
- Los tableros del encofrado de una viga descansarán plenamente sobre la cabeza del encofrado de los pilares.
- En la figura 3 vemos los recursos que conforman el encofrado completo de una viga.
- Pasemos ahora a exponer las diversas maneras en que se nos puede exponer una viga.
Viga de Fachada
Esta clase de vigas poseen por característica la de tener por uno de sus lados las paredes de fachada que cierran la construcción, y por el otro reciben la carga de la losa del suelo del piso elevado.
Al estar esta viga al exterior, ambos tableros laterales van a tener distinto elevación, debido a que por la porción de la fachada se debe ofrecer molde a toda la elevación, debido a que por la porción de la fachada se debe ofrecer molde a toda la elevación de la viga, por consiguiente, el tanteador que corresponde va a tener por elevación total la de la viga más un grueso de tabla, que corresponde al que tiene el contador de fondo. Sin embargo, el ábaco interior finaliza en el encofrado de la losa.
Su elevación va a ser, puesto que, aquella que resulte de reducir al nivel de la viga el grosor de la losa más un grueso de tabla, que es el de fondo.
Detalle del Encofrado
La tabla exterior, que es el de más grande elevación, se ve independiente de la losa, por lo cual su creación es corriente. Los barrotes tienen que llegar al extremo mayor del ábaco.
Los barrotes extremos no se clavarán en los extremos del enumerador, sino a una distancia de ellos que corresponda a un grueso de tabla, debido a que el encofrado de las vigas, como comprendemos, se basa en el de los pilares,
En la situación, además bastante corriente, de que se encofre la viga luego de haber desencofrado el pilar, la longitud total de los tableros sí que va a ser la luz independiente o distancia entere las caras más próximas de 2 tableros seguidos.
Lo común es que el montaje de los tableros no se efectúe caminando de obra. Para lograr transportarlos con estabilidad, es sencilla adecuado que la clavazón sea firme.
Es corriente ofrecer a los barrotes una división comprendida entre los 50 y 60 centímetros, debido a que han de tolerar el empuje que el hormigón ejercerá sobre los tableros laterales. Estos barrotes acostumbran tener una escuadría de 50 mm por 25.
Para el contador inferior, además de las consideraciones antedichas, teniendo presente que la elevación viene disminuida respecto al contador exterior en la elevación de la losa del piso, se debe tener las próximas:
Como en dichos tableros secundan los encofrados de la losa, se debe contar con una tabla horizontal, clavada a los barrotes, que se denomina carrera. Principalmente, en planta, los pilares no acostumbran estar distribuidos según los vértices de un cuadrado, o es decir, la losa que apoya sobre 4 pilares no es un cuadrado, sino un rectángulo.
El encofrado que corresponde a este trozo de losa llevará las tablas de acuerdo con la más grande magnitud y, como es lógico, los barrotes o costillas que refuerzan estos tableros, irán perpendiculares a ellos, o sea, en el sentido de la menor magnitud del rectángulo.
Esto habrá de tenerse presente en el momento de clavar el tablero lateral interior del encofrado de la viga e fachada de la carrera que corresponde. Si hablamos de la viga correspondiente al lado menor del rectángulo, entonces la carrera coloca a unos 2,5 centímetros (o sea un grueso de tabla) por abajo del borde preeminente del tablero de la viga, debido a que ahí se secundará el contador de la losa.
Si estamos en la situación de pertenecer la viga en cuestión, a el fragmento de la más grande magnitud del rectángulo, entonces debería clavarse a una distancia del borde preeminente del tablero lateral del encofrado de la viga, que es la suma de un grueso de tabla más lo cual corresponda al ancho de los barrotes o costillas del encofrado de la losa. Esta carrera se clavará en el taller, no en el instante de colocar el encofrado en obra.
Los tableros de fondo tiene la misma longitud que los tableros laterales, salvo en la situación de que existan cartelas, en cuyo saso llegarán hasta el arranque de éstas. Cartela es una de las soluciones de continuidad de la viga en las proximidades del apoyo con los pilares y sus magnitudes vienen dadas por el cálculo.
La anchura del contador de fondo es la misma que la que tiene la viga de concreto, debido a que, como dijimos y se ha mostrado en la figura 3.
El embarrotado de dichos tableros de fondo, para poderse favorecer a los laterales y con ello ofrecer más grande consistencia la encofrado, acostumbran tener una longitud igual a la anchura de la vida más 2 gruesos de tabla. Este espesor de la tabla, saliendo por cada lado de la tabla de fondo, permite grandemente el montaje de la integridad del encofrado.
Sin embargo como ya mencionamos, aquellos salientes son para «apoyar los laterales»,o sea, que no se clavarán, debido a que con ellos se dificultaría de forma enorme la operación de desencofrado. En desencofrado de las vigas no sigue el mismo proceso que el desencofrado de las columnas.
En éstos se quitan los tableros todos a la vez, al cabo del plazo fijado para eso y que es dependiente en gran manera de la temperatura ambiente. Sin embargo, en las vigas, se desencofran primero los laterales (esta operación puede inclusive desarrollarse pasadas veinticuatro hora, una vez que el clima es caluroso) y, sin embargo, los fondos de las vigas tienen que aún seguir mucho días más. Por esto podría ser fatal clavar los fondos mediante los salientes de sus barrotes a los laterales, sino los laterales a los tondos.