Armado y Encofrado de Columnas: El encofrado de columnas se utiliza para estructuras que se utilizan para reforzar formas o formas para verter columnas de hormigón. Puede ser tan simple como un tubo de cartón reforzado para pequeñas columnas cilíndricas o formas extremadamente complejas construidas a partir de numerosos trozos de madera y metal.
Las estructuras se pueden enlazar con llaves a causa de columnas con lados planos o formas complejas. Una y otra vez, se propone que el formulario se deje en su lugar después de que se vierte el hormigón, y en otros, se evacua después de que el hormigón se ha establecido.
Armado y Encofrado de Columnas de Madera
Puede decirse que el encofrado de columnas es el primordial trabajo del encofrador. En toda la obra se hallan estas unidades en enorme conjunto y dada el valor que tiene el obtener un óptimo trabajo.
Además, no es corriente, más bien a la inversa, constituiría un raro ejempiar, descubrir un plan de construcción en que se encontrasen ya proyectados de antemano la manera de encofrar una columna, dimensionando sus diferentes partes y calculando los esfuerzos a que van a estar sometidas. De esta manera, Puess, todo «se deja» en manos del encofrador; en quien se pone toda la confianza del proyectista en este punto.
Diferentes Encofrados
En la misma unidad de pilares y para su mejor análisis, los consideraremos en 2 equipos:
- a) Atendiendo a su parte transversal geométricamente, o sea, que tendremos pilares de parte cuadrada una vez que su parte transversal o planta sea un cuadrado; pilares rectangulares, circulares, poligonales, etc, una vez que su parte transversal sea una figura igual a la indicada.
- b) Atendiendo a sus magnitudes. O sea, tendremos pilares gruesos, medios y ligeros. No es lo mismo, encofrar 2 pilares de idéntica figura, sin embargo de magnitudes uno mucho más grandes que el otro, debido a que las partes a usar no deberán tolerar los mismos esfuerzos.
Columnas Ligeros
No da ni una complejidad el encofrado de columnas de parte cuadrada o rectangular cuyas magnitudes son reducidas. Bastan para eso 4 tablas, 2 de los cuales, que van colocados uno ante otro, son de la misma magnitud que hablamos de ofrecer al pilar y los demás 2, naturalmente, Figura 1 además uno ante otro, de magnitud más grande. En la figura 1 vemos una parte de esta clase de columna.
Dichos 4 tableros no conforman por sí solos una armazón lo suficientemente sólida para resistir los esfuerzos a que debería estar sometida en el momento del hormigonado, por lo cual se debe atender a su refuerzo o estabilidad.
Seguridad
No es viable ofrecer aquí unas normas sobre este punto si el lector desconoce en absoluto la técnica del hormigón. Para ser un óptimo encofrador, es definitivamente primordial tener, por lo menos, unas ideas en general, sin embargo exactas, sobre cómo se comporta el hormigón y el valor que tiene esto en la obra.
No vale, por otro lado, derrochar madera y materiales para «obtener una estabilidad absoluta» en la buena calidad del encofrado y rescatar de esta forma su responsabilidad, que no es escasa. Habrá de tenerse constantemente presente que el arte de edificar se apoya en realizarlo bien y económico, utilizando lo justo y primordial.
Los tableros habrán de ser partes sólidas, para que al hormigonar no aparezcan «barrigas», dificilísimas de arreglar, debido a que habría que repicar el paramento de la columna en la parte afectada o enlucir lo demás hasta lograr una pared lisa vertical.
Sus caras deberán ser lisas y se debe proteger bastante en especial las esquinas, debido a que sueie ser corriente el desportillamiento de las mismas en el momento de desencofrar, por su extenuación. Las juntas de los tableros tienen que estar bien cerradas, para evadir que, a lo largo de el hormigonado, salga por ellas el mortero, fo que también de feas «rebabas», dará sitio a la formación de huecos o coqueras y otros deficiencias en el buen trabajo.
¿En qué regiones padecen más grandes esfuerzos los encofrados?
Sin lugar a dudas algtJna, en la parte baja del pilar. En el extremo preeminente, el empuje del hormigón es nulo y en la base, el empuje es el más alto. Por consiguiente, se puede implantar que el pilar está empujando de la forma que sugiere la figura 2, sobre el encofrado que corresponde. De allí que se tenga por regla Figura 2 reforzar la parte baja del encofrado de una columna.
Replanteo de una Columna
Se puede mencionar que ya poseemos la viga de cimentación, si la hay, o las zapatas de las columnas hormigonados debidamente, con sus hierros de armadura. La primera operación consistirá en establecer el centro del nuevo pilar que iremos a encofrar.
- Localizado este centro, en ventaja de las magnitudes de obras fijadas en los planos del proyecto en ejecución, se procederá a hacer un dibujo sobre comentado hormigón y principalmente con un lápiz grueso, la figura de la parte transversal del pilar, cosa que es fácil, debido a que esa parte transversal va a ser una figura geométrica bien fácil (cuadrada, rectangular, etcétera.).
- Una vez dibujada, se nace a elaborar un marco cuyo hueco interior tenga las mismas magnitudes que la parte transversal aumentada en los gruesos de los tableros a utilizar como encofrados, debido a lo cual se introduzcan en aquél, sirviendo de cerco. A estas partes, en varias zonas, se les da el nombre de carcelillas.
- Como puede apreciarse por lo hablado, la tarea de estas carcelillas es la de sujetar los tableros por su lado baja, y de su solidez dependerá que no se abran los tableros al padecer ef empuje del hormigón, que ello es enorme, debido a que no únicamente actúa el peso propio del hormigón, sino además el golpe gracias a la caída de la masa a partir de la elevación preeminente del encofrado.
Marcos para mantener la Sección Transversal
Armado y Encofrado de Columnas de Madera: Entre los recursos de estabilidad de los pilares, citaremos en primera instancia los marcos o bridas, que sirven para impedir que los tableros cedan al empuje y se deforme la parte transversal del pilar que se está hormigonando.
Dichos marcos o bridas se distribuyen en toda la elevación del pilar, siendo su división variable. Realmente, en la parte inferior, como ya dijimos previamente, van más unidos y acorde nos separamos de la base se van distanciando más. Esto está conforme con la ley de los esfuerzos que ha de tolerar el encofrado y que ya hemos observado en al figura 2.
Verticalidad
La verticalidad hace referencia al alineamiento que debería tener una composición en relación a un eje vertical.
A partir del instante en que se inicia la obra, se debería tener el particular cuidado de conservar la verticalidad de todos los recursos que serán construidos.
Son las columnas las que definen la verticalidad de toda la composición, es por esa razón que éstas tienen que ser construidas perfectamente alineadas y concordar con el eje de sus núcleos durante toda la expansión vertical del inmueble.
Una vez que se tenga construido todo el esqueleto de la composición, se procederá a revisar la verticalidad de la misma.
En la obra de las paredes perimetrales de todos los pisos, tienen la posibilidad de existir pequeñas variaciones en el alineamiento vertical de dichos. Estas variaciones deberán ser corregidas por la fachada exterior, obteniendo de esta forma un plano perfectamente vertical y alineado.
Para éste fin se usaran las plomadas de obra (alambre embebido en cemento vaciado dentro una lata), las cuales van a ser colgadas sobre tablas de madera ubicadas sobre la base del techo o terraza. La distancia que debería haber entre el eje del alambre y el borde del techo o terraza del inmueble va a ser de al menos 30 centímetros. (ver Figura) Armado y Encofrado de Columnas de Madera.
Colocadas las plomadas, se procederá a medir la distancia entre el eje del alambre y el borde de la losa en cada unos de los pisos, para tomar como alusión la menor. Desde esta distancia se va a hacer el levantamiento del muro colocando ladrillos profesores los cuales van a servir de eje para lo demás de las paredes asegurando que la fachada quede perfectamente vertical.
Después se procederá al revocado de las paredes mediante jaulas o andamios móviles que van a ser deslizados por medio de tecles. Para el revocado de muros se seguirá el mismo método que se describió en el asunto Revoque Exterior.
Columnas Aisladas con tornapuntas
Armado y Encofrado de Columnas de Madera: Luego de realizar el debido replanteo de la columna y fijada la «carcelilla» o marco de la base, se encajan en ella la parte inferior de los encofrados, colocando dos tornapuntas, lo cual estos van a llevar en el extremo que queda del lado del pavimento un corte oblicuo tal, que asienten en toda la longitud del corte sobre el suelo.
Armado y Encofrado de Columnas de Madera. Se procederá al aplomado de la columna a causa de un operario, a medida que el otro irá colocando los tornapuntas que corresponden, clavados a los gostados de los tableros, de la misma forma que se sugiere en la figura 3. Si, como hemos dicho, hablamos de un pilar sencillo, aislado, deberán situarse tornapuntas en los 4 costados, debido a que aquéllos trabajan a tracción y si faltase en cualquier costado, el pilar saldría vencido.
Si en alguno de los lados hubiese cualquier componente para fijar la columna (arranque de viga, etcétera.), ello nos ahorraría el par de tornapuntas que corresponden a aquel lado. En muchas obras inclusive únicamente colocan un tornapunta en 2 lados opuestos.
Tienen que cuidarse con esmero los tableros de un encofrado, tanto en lo concerniente a su creación como en el momento de encofrar, desencofrar y en el hormigonado. De todo ello dependen cosas tan relevantes en toda la obra como son:
- La obtención de pilares perfectos, sin desconchados en el área, debidas a pérdidas de mortero, deficiencias en el área del tanteador, etcétera.
- No haya desgaste importante de madera (10 ideal podría ser que toda madera empleada en un encofrado saliese intacta en el desencofrado, o por lo menos con limitado desperdicio).
- Que todo desgaste de madera afecta en la carestía de la obra.