Encofrados de Cimentación: Son moldes hechos con tableros o chapas de madera u otro material, en el que se vacía y retienen el concreto hasta que fragüe y produzca la conformación deseada, y, a veces, también los acabados de superficies deseadas.
Cuando se realiza una construcción se vuelve necesaria la utilización de los encofrados para mantener la forma de los elementos que conforman cada una de las partes de la obra. Actualmente, dependiendo de la magnitud e importancia de la obra se pueden utilizar varios tipos de encofrados, pero el material que sigue siendo más común y el más utilizado, es la madera.
En el presente informe se redacta a detalle las bases de funcionamiento de los encofrados para cimientos, estribos y pilares utilizados en obras simples y de gran envergadura de acuerdo a las especificaciones técnicas que estas requieran, también se precisara el uso, aplicaciones y características de este tipo de encofrados para el moldeamiento del concreto. Gracias a esta información se podrá precisar mejor el uso correcto de este sistema de encofrados y reconocer bien sus funciones en obra.
Encofrados de Cimentación de Madera y Más
Los encofrados deben ser fuertes y rígidos para satisfacer las tolerancias dimensionales, así mismo, deben ser herméticos para evitar que el concreto se escurra durante la vibración y ocasione franjas de arena y cavidades no deseables. Los encofrados deben ser de bajo costo y desmontables con facilidad para poder utilizarlos nuevamente.
Elección del Encofrado
El constructor se ocupa generalmente de la elección del encofrado basándose en los siguientes criterios:
- Tipo de obra o de elemento constructivo.
- Requisitos de calidad de la superficie de hormigón.
- Número de posibles reutilizaciones del encofrado.
- Dificultad de montaje.
- Capacidad de aislamiento térmico.
Requisitos para el encofrado
- Dimensiones precisas.
- Rigidez, ausencia de deformaciones.
- Adherencia reducida al hormigón endurecido.
- Estética de la estructura de superficie
Preparación de encofrado:
- Para armar un encofrado, será necesario disponer de tablas de madera, cárceles, varillas de hierro, clavos, maza o martillo y un pisón como herramientas básicas.
- Deberá fijar bien las maderas para que la presión que ejercerá el hormigón no las separe.
- Las maderas utilizadas deberán estar limpias y exentas de clavos y herrajes.
- Para el relleno se utilizará un mortero de hormigón con las proporciones de materiales adecuados de acuerdo con el tipo de construcción que se va a realizar.
- Ciertos encofrados conviene que sean realizados con un armazón de hierros retorcidos formando una estructura en el interior del armazón sin que toquen las paredes de madera y rellenando el armazón de hormigón.
Recomendación para reducir costos:
- Utilizar la misma sección de columnas en toda la altura del edificio, y si no es posible, conservar la misma sección por lo menos en varias plantas, a fin de utilizar los encofrados no deteriorados.
- La separación entre columnas, siempre que sea posible y práctico debe ser uniforme.
- Dar el mismo ancho a vigas y columnas, con idea de reducir o eliminar los cortes y ajustes en los encuentros de los encofrados.
Encofrados de Madera
Recomendaciones de la madera a usar:
- No alabearse con la humedad.
- No hincharse exageradamente al ser mojada.
- No estar muy verde, ni exageradamente seca.
- No usar la madera de grano grueso, ya que está propensa a producir hebras salientes, originando superficies ásperas, las maderas blandas son las que dan superficies más lisas al concreto, pero por otro lado son más fáciles de hincharse.
Resistencia mínima del concreto para desencofrar con seguridad:
Encofrados para Cimiento
Las cimentaciones son los elementos de las construcciones más íntimamente ligados al terreno sobre el cual se asientan.
Generalmente, los cimientos quedan invisibles, enterrados en el suelo y por debajo de la fábrica vista. Por ello, los encofrados suelen ser más toscos, menos cuidadosos, además de ser menos completos, ya que se utiliza parte del terreno como encofrado, si éste se ha excavado con las dimensiones adecuadas para las piezas de hormigón que se han proyectado. Ver mas sobre Encofrados de Cimentación
En los casos extremos en que el terreno no pueda soportar la carga del hormigón y los cimientos se construyan como vigas entre apoyos más profundos, se hará necesario el encofrado del fondo mediante un tablero.
En el caso en que el terreno no soporte la carga de hormigón y haya que poner tablero de fondo, se hará preciso un buen realce y apoyo, de manera que dicho tablero no ceda al echar el hormigón. Pero habrá que tener sumo cuidado en la colocación de dichos apoyos, por lo que se deberá ampliar la base de apoyo, es decir, que se dispondrá una tabla tal como indica la figura 15. Ya con ello, la superficie de apoyo en el terreno es grande y, por tanto, la carga por unidad de superficie es pequeña, soportado con seguridad el peso que se le transmita de la obra. Encofrados de Cimentación !
Preparación de los tableros
Cuando se trata de una obra de poca envergadura, en la cual sólo se vayan a utilizar los tableros una sola vez, por lo general no convendrá que la clavazón sea excesiva. Con ello se abreviará el trabajo del encofrador, tanto en el montaje del tablero como a la hora de desencofrar.
Si los elementos de obra exigen que el encofrado se va a utilizar en varias ocasiones (tal es el caso de una edificación que tenga una serie de vigas de cimentación exactamente iguales), es necesario que se cuiden extremadamente los tableros, para sacarles el máximo rendimiento, ya que la economía en la obra es de notar.
Cuando se trata de encofrados ligeros, éstos pueden ser preparados en la misma obra, de importancia, lo más conveniente es montar un taller de encofrado en ella misma, de manera que quedará anulado el capítulo de transportes.
Dimensionado
Si el terreno es lo suficientemente consistente como para la excavación pueda mantenerse con paredes verticales, pero la cimentación queda algo por encima del pleno del terreno, habrá que emplear unos tableros para completar la falta de altura. Para este tipo de encofrado «a medidas» se dispondrán los tableros con sus barrotes de hinca, para fijarlos al terreno.
Por lo general, al encofrar, la separación entre tableros suele ser un poco menor que la marcada en proyecto, ya que, por la presión del hormigón, aquéllos tenderán a abrirse. Por lo tanto, es conveniente darle a “a” centímetro o centímetro y medio menos que a la dimensión “b”.
Algunas ideas interesantes sobre montaje de tableros
Conocida la longitud de la pieza o encofrar, comenzaremos por buscar tablas de la mediad dada. En la mayoría de los casos, tendremos que contar la longitud de las tablas o añadir otras para obtenerla longitud exigida. Tengamos siempre presente que, como norma general, vale más añadir que cortar, si esto es posible, ya que «madera cortada, madera desperdiciada».
Lo más conveniente sería encontrar dos piezas de tabla de madera que su longitud total fuera la deseada, con el fin de desperdiciar el menor material posible. Una vez conseguido esto, y para obtener el ancho de la pieza, habrá que unir varias tablas por medio de barrotes, tal como se ve en la figura 17. El primer barrote no se debe colocar a tope con las tablas, es decir, que ambas cosas empiecen al mismo tiempo, sino que se debe clavar el barrote a un par de centímetros o tres, a lo sumo, más allá del extremo de las tablas. Con ello se evita que los barrotes se desclaven por efecto de cualquier golpe que reciba el extremo del tablero.
Las tablas a emplear en las piezas de encofrado han de ser de buena calidad, sin alabeos ni otros defectos que, al poco de usar los tableros, con la humedad del hormigón y los trabajos a que se ven sometida en el encofrado y desencofrado, habrá que sustituirlas con grave perjuicio económico, ya que se derrocha material y mano de obra, con la natural pérdida de tiempo en la buena marcha del hormigonado, que no debe de perder el ritmo marcado. Ver más sobre Encofrados de Cimentación
En la figura 18, vemos un tablero conforme a las normas indicadas. Se ha dimensionado, para dar una idea sobre distancias más convenientes a que deben ir lo distintos elementos que lo integran (tablas, barrotes, clavos).
Este dimensionado que damos en la figura 18 no bebe tomarse como regla general, ya que en cada caso particular variará la disposición del embarrotado. La altura o ancho en el sentido transversal de las tablas y la presión que ejerza sobre el encofrado la masa de hormigón, determinarán la distancia (y por lo tanto el número) de los barrotes a emplear.
Por barrote se suele emplear escuadrías iguales o poco mayores que las empleadas para las tablas, es decir, de 25 mm X 100 o más. No siempre son suficientes los barrotes para absorber los esfuerzos de flexión producidos por el empuje de la masa de hormigón no siendo conveniente ni económico prodigar en exceso el número de éstos.
Entonces, se recurre a las carreras, que son unas tablas que se disponen horizontalmente en la parte alta del encofrado, de manera que impiden la deformación de éste, tal como se indica en la figura 19. Con este notable refuerzo, en el que además se suelen apoyar los puntales y tornapuntas, se elimina el peligro de flexión.